jueves, 29 de diciembre de 2011

Sandra Gamarra: “¡Hay gente que cree que el arte comenzó en los años 60!”

Acaba de aterrizar de Sao Paulo, donde ha tenido lugar su última exposición individual, y está ya inmersa en sus siguientes proyectos.
La artista Sandra Gamarra (Lima, 1972), representada en Madrid por la mítica Galería Juana de Aizpuru, nos recibe en su estudio del barrio de Alonso Martínez, donde nos desgrana su temática más esencial, al mismo tiempo que repasa sus representaciones internacionales más célebres (MoMA, Tate, MUSAC, Bienales de Venecia y Sao Paulo…) y nos adelanta algo de su próximo año.

Imagen del estudio de Sandra Gamarra
1. Artesy13: ¿Cómo recuerdas tus comienzos en la pintura? ¿Cómo comenzaste a pintar?
Sandra: Desde pequeña me gustaba pintar. Era algo que mis padres, cuando querían que estuviera entretenida, me ponían a hacer. Pero la figura del artista era algo ajeno a mi realidad. En realidad no siento que me decidiera a ser artista prácticamente en ningún momento. No había en mi familia tradición humanística. En realidad lo que yo quería estudiar era piano (¡se me metió en la cabeza!), pero era muy caro. Entré a los 12 años en los talleres de pintura para niños del Museo de Arte de Lima. Seguí allí hasta los 16-17 años y fue entonces cuando me entró “el bichito”. Ingresé en la Facultad de Arte para estudiar Diseño Gráfico al mismo tiempo que Pintura. Al tercer año de estudios tenía que decidirme por cuál de estas dos especialidades me decantaba. Recuerdo cómo la Decana de Pintura, Julia Navarrete, una de las profesoras que más me han marcado, al declararle que no tenía clara mi decisión, se quitó sus gafas y me dijo: “¿Y tú crees que yo estoy segura?”. Si ella no estaba segura ¡cómo iba a estarlo yo!

2. Artesy13: Dentro de tu evolución como artista, ¿cuál consideras que es el tema que ha permanecido hasta ahora más inmanente o de manera esencial en tu obra?
Sandra: Yo creo que ha permanecido este interés por la propiedad cultural, pero en su momento no sabía ponerle nombre. Al principio era algo que se refería más al pasado, a algo anterior, a la multiplicidad, al circuito de imágenes. Tenía la necesidad de averiguar. Poco a poco me he dado cuenta de que la preocupación está orientada a la propiedad cultural. Por eso la fijación por los libros y por conocer las fuentes, el origen de las ideas…sobre el derecho que se tiene a que algo sea tuyo.

Sandra Gamarra. Fragmento de la exposición "En orden de aparición". Galería Juana de Aizpuru, 2010

3. Artesy13: Algo muy ligado a un tema tan candente y actual como el Derecho de Propiedad Intelectual, ¿no?
Sandra: ¡Claro! Yo “copio” imágenes de otros, pero ¿con qué sentido? Crecí en un ambiente de dictadura militar en Perú en el que había todo tipo de cortes de importación. Sabíamos por ejemplo, qué era una Barbie, pero no accedíamos a ella sino por el mercado negro. ¡Ah! ¡Pero estaba la versión pirata! Crecí por ello en una sociedad en la que al final no echabas tanto de menos el original, porque te acostumbrabas a la copia, que se convertía al fin y al  cabo en una nueva versión. Culturalmente estaba aprobado copiar, y no solo reemplazar, sino sustituir por completo. Es como cuando en época de Colón llegaban a Perú grabados de las vírgenes cristianas de España. Se copiaban estas imágenes, dotándolas de nuevos significados. La imagen es de este modo, como un conducto de ideas. Yo, de alguna manera, “participo” en esta labor para “legalizar” lo que hago. Puede haber un misma imagen, pero ideas diferentes.

4. Artesy13:¿Eres entonces una comunicadora cultural?
Sandra: ¡Soy una usurpadora cultural! He tenido discusiones intensas (pero no problema de ningún tipo) con alguna galería o con algún museo, sobre este tema. Pero nada más allá de un intercambio de opiniones (ríe).

5. Artesy13: ¿Tu último trabajo en este 2011 que estamos terminando, se mueve en este campo?
Sandra: La última gran expo individual ha sido en Sao Paulo, de donde acabo de regresar, en la Galería Leme: “Mantos”. Lo que he hecho ha sido una “ficción” sobre la relación entre los mantos que tejía mi abuela, los incas y los precolombinos. Toda esta yuxtaposición podía dar lugar de manera similar, a la abstracción total americana de los años 60-70: Josef Albers, Barnet Newman…La exposición está dispuesta como un discurso en un museo. Al mismo tiempo, las obras dialogan entre sí, sobre la relación del pasado artístico en el presente y viceversa (“How contemporary is my past” y “How past is my contemporary”).

Sandra Gamarra. "Deja Vu V". Exposición "Mantos". Galería Leme, 2011


6. Artesy13: Cuando hablamos de tu obra, ¿nadie puede hacer entonces mejor de comisaria que tú?
Sandra: ¡Claro, jaja! (ríe). He trabajado poco con curadores, pero siempre les digo: “¡Empléenme para reproducir obras que necesiten!”. Y de hecho así lo he hecho en la última Bienal de Sao Paulo (2010). La Bienal no consiguió el préstamo de la serie “October” de G. Richter y me encomendaron   realizar las copias. Pero mi obra no consistía en cuestionar la autoría de las obras de Richter (¡obviamente no voy a firmar como Richter!), sino sobre cómo hacer que dichas obras lleguen a todo el público.

7. Artesy13: En una sociedad eclipsada por las nuevas tecnologías, ¿sigue quedando la pintura como un arte muy “tradicional”? ¿Está de alguna manera “denostada” por la fotografía, el videoarte u otros medios audiovisuales?
Sandra: No lo creo. Hace mucho tiempo, solo había escultura y pintura, y de pronto aparecieron más medios y lenguajes artísticos, pero no está denostada. Tal vez en su momento (en los años 60-70) sí, pero actualmente no. Sí ha conllevado el que haya que “repartir” entre más. Pero la pintura sigue teniendo su entidad. Por algo precisamente, a diferencia de otros medios, como la fotografía o el grabado, no es obra múltiple, sino única. La pintura también se ha colado en otras áreas y viceversa. No me siento atacada (ríe).  Creo que la pintura te exige un tiempo de creación por su propia naturaleza; y de contemplación también: contemplar una pintura exige otro tiempo. La pintura ocupa otro elemento y espacio diferentes. Creo que se ha visto ya con el tiempo que la amenaza que sufría la pintura no tenía sentido. Y aunque de un modo diferente, es lo que ocurre actualmente con el debate entre el libro y el e-book. Cada uno tiene su espacio. La pintura nunca murió. Y eso que hay gente que cree que el arte murió en los años 60; pero peor aún: ¡Hay gente que cree que el arte comenzó en 1960! ¡Incluso algún galerista!

8. Artesy13: ¿Te han comparado en algún momento con algún pintor/a coetáneo/a? ¿En qué casos esto te ha satisfecho o insatisfecho?
Sandra: La verdad es que no. Hay mucha gente que trabaja con el tema de la apropiación, pero no… Hay imágenes que coinciden y pueden ser generador de conflicto…pero ¡de eso se trata! He sido más bien yo la que me he visto en comparación con otros. Al principio de mi trayectoria tal vez; con Amondarain o con Juan Araujo.


Sandra Gamarra. Imagen parcial de la exposición "Mantos". Galería Leme, 2011

9. Artesy13: Siempre entre Perú y España. ¿Circunstancias de la vida, personales…? ¿Tienes en mente seguir en España a pesar de la situación del mercado del arte español actual?
Sandra: Me lo han preguntado con frecuencia. Vine a Madrid hace justo 10 años, por una Beca. A los 6 meses estuve a punto de irme, pero me quedé…¡hasta hoy! El solo hecho de pensar en mudarme me da pánico. Solo el mover los libros… En realidad, no siento que me he quedado en Madrid, ya que siempre me he movido bastante; sobre todo entre Perú y España. Si me mudara, solo lo haría a Lima. Estoy bien aquí.

10. Artesy13: ¿Cuáles son tus proyectos más deseados a nivel internacional? ¿Te interesaría alguna colaboración con algún artista?
Sandra: No lo sé. En eso es cierto que la pintura es más egoísta o individualista. A mí me cuesta hacer relación con la gente. ¡Será por eso que me quedé sentada pintando! Pero sí me gustaría tener en Lima una especie de… no sé aún cómo llamarlo…tal vez “centro cultural” (es una idea que tengo hace tiempo), un espacio que los artistas pudieran emplear durante unos días (de manera rotatoria) para alojar su obra, registrarla (fotografiarla) y después realizar un “opening” para su exposición durante al menos un día.

11. Artesy13: De entre todos los museos y proyectos expositivos en los que has participado (MUSAC, Centro Cultural Conde Duque, Tate, MoMA….) de cuál/es conservas mejor recuerdo y por qué?
Sandra: Tampoco he expuesto tanto institucionalmente; pero tal vez, entre las exposiciones internacionales, la última Bienal de Sao Paulo ha sido una de las más gratificantes. Copiar a Richter era como un deseo. Pero en estos ámbitos tan grandes no suelo sentirme muy cómoda.

12. Artesy13: ¿Algún proyecto expositivo novedoso para el próximo año del que puedas adelantarnos algo?
Sandra: Expondré individualmente en Lima, con la idea de volver a la Historia del Arte. Tengo también una participación en Guimaraes (Portugal), elegida Ciudad Europea de la Cultura 2012. Me apropiaré de obras de artistas que están en la ciudad, y después, en un restaurante, expondré mis obras. Me interesa especialmente conocer las reacciones de la gente ante estas obras.

13. Artesy13: ¿Qué te parece por ello que artistas jóvenes que no han tenido aún oportunidad de exponer en galerías, lo hagan en estos espacios de ocio? ¿Te parece bien que en Madrid esté creciendo esta alternativa?
Sandra: Me parece fenomenal. En Santiago de Chile lo he visto de hecho en una librería. Yo creo que lo importante es que se habilite un espacio aparte (aunque sea pequeño) para la contemplación o la reflexión. Es como un circuito de “pequeñas galerías” dentro de un entorno de ocio. Lo he visto por ejemplo en el espacio de Guillermo Espinosa de la Calle San Mateo, “Black Pillar”.

14. Artesy13: ¿Cómo quieres que recuerde en un futuro el público tu obra?
Sandra: ¡Que no la recuerde! (ríe). Creo más en las sensaciones. Yo no creo imágenes nuevas, por lo que ¡cómo pueden recordarme! Podrán hacerlo más por el uso; por el hecho de un repertorio de acciones…que fueron siempre posibles.
Sandra Gamarra. Vista parcial de la instalación "Gabinete". Galería Juana de Aizpuru, 2006


jueves, 15 de diciembre de 2011

El Hermitage en el Prado: fin de la fiesta ruso-española.

Primero fue ARCO 2011 con Rusia como país invitado; después, “Vanguardias rusas en las colecciones Thyssen-Bornemisza” y tras unos meses, “El romanticismo ruso en época de Pushkin”, en el Romántico. El Museo del Prado inaugura su última inflación (en taquilla; esperemos que la última por un buen tiempo) con la exposición “El Hermitage en el Prado”, imprescindible, y con la que se clausura un 2011 de intercambio cultural ruso-español caracterizado por una programación completísima, aunque con escasa repercusión mediática.

La colección recoge algunas obras maestras (o como se diría hoy, los “must”) del colosal museo, uno de los diez mejores del mundo, en este caso en las salas de otro de la misma lista. La difícil y acertada elección de obras por los comisarios (con algunas comprendidísimas ausencias, como “La danza” de Matisse, uno de los colosos del Hermitage), ha dado como resultado una de las más brillantes exposiciones del año.

A.V. Tiranov, "Biblioteca del Hermitage" (1826)

De manera didáctica, la muestra nos introduce en el nacimiento de este museo a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, a través de los retratos de sus zares fundadores (Pedro I, Catalina II y Nicolás I). A continuación se pasa a contextualizar el ambiente del San Petersburgo decimonónico, a través de pinturas coetáneas sobre la metrópolis y sobre el propio museo, casi todas ellas arquitecturas pintadas (Paterson, Tiranov, Tutukin...), que perfectamente podrían integrarse en la exposición que sobre la arquitectura en el lienzo podemos visitar paralelamente en el Museo Thyssen-Bornemisza.

La Edad Antigua está representada por oro y otros metales preciosos del continente eurasiático, con una importante presencia griega: peines, broches, diademas…Todo tipo de complementos, en su mayoría femeninos, que nos muestran cómo la exquisita relación entre el arte y la moda se remonta a épocas tan lejanas en la Antigüedad.

Ramo de acianos con espigas de avena en un jarrón (h.1900)

Precisamente las artes decorativas alcanzan en esta exposición un protagonismo que poco tiene que envidiar a la pintura: arquetas, tabaqueras, relojes, todo tipo de joyas, o incluso un sable iraní del siglo XIX, una de las obras estrella de la muestra.

Tanto la pintura como la escultura desde el siglo XVI hasta el pasado siglo XX, corresponde en este caso, como es de esperar, a los nombres más célebres de la Historia del Arte occidental: Durero, Tiziano, Veronés, El Greco, Caravaggio, Velázquez, Rubens, Van Dyck, Rembrandt, Poussin, Chardin, Canova, Thorvaldsen... Como se deduce, la lista es bien larga.

Caravaggio, "Tañedor de laúd" (1595-96)

Entre algunas de estas grandes obras traídas desde San Petersburgo para la ocasión, destacan el "Almuerzo" de Velázquez (1617), "Haman reconoce su suerte" de Rembrandt (1660-65) o el "Tañedor de laúd" de Caravaggio (1595-96).

P. Cézanne, "Paisaje azul" (1904-06)


En la planta superior se rinde homenaje a las grandes firmas del arte contemporáneo, desde el romanticismo de Ingres o Friedrich hasta las primeras vanguardias del siglo XX. Imprescindibles una vez más, ya que no todos los días pueden verse obras como “El mes de María” de Gauguin (1899), “Paisaje azul” de Cézanne (1904-1906), “La bebedora de absenta” de Picasso (1901), “Composición VI” de Kandinsky (1913), o “Mujer con sombrero negro” de Kees van Dongen (1908), extraordinaria obra esta última, de un artista insuficientemente valorado en España.

K. van Dongen, "Mujer con sombrero negro" (1908)

Se trata por ello de una verdadera ocasión (hasta el 25 de marzo) para realizar un buen recorrido por una parte de la Historia del Arte, a través de una selección de obras de una de las mejores colecciones del mundo. ¿Batirá nuevamente el Prado récord de visitas, o de recaudación? Sea como sea, si podéis, no os la perdáis.

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